Hombres contra la desigualdad de género Fui al mercado de pájaros / y compré pájaros / Para ti, mi amor / Fui al mercado de flores / y compré flores / Para ti, mi amor / Fui al mercado de chatarra / y compré cadenas / Pesadas cadenas / Para ti, mi amor / Después fui al mercado de esclavos / Y te busqué / Pero no te encontré, mi amor (Jacques Prevert)

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Hombres profeministas en la Historia

François Poulain de la Barre
Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim
John Stuart Mill
William Moulton Marston
William Thompson
Francisco Ferrer i Guàrdia


François Poulain de la Barre


François Poulain de la Barre (1647 - 1723) fue un escritor francés, filósofo y uno de los precursores de los movimientos de hombres pro-feministas.

Convencido de la injusticia de la desigualitaria condición en que se encontraban las mujeres, escribió numerosos textos en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Simone de Beauvoir le cita en "El Segundo Sexo": "Todo lo escrito sobre las mujeres por los hombres debe ser sometido a sospecha, ya que son a la vez juez y parte".

Bibliografía:

Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim


Heinrich Cornelius Agrippa von Nettesheim (Colonia, 1486-Grenoble, 1535). Filósofo, médico, cabalista, abogado y alquimista alemán.

Autor del libro Declamatio de nobilitate et praecellentia foeminei sexus (1529) en el que no sólo defiende la igualdad de la mujer sino también la superioridad de ésta en muchos aspectos.

Es evidente que este sexo no es incapaz de llevar a cabo los asuntos más arduos y difíciles, hasta que tiranía de los hombres usurpa la potestad sobre todos los negocios, y leyes injustas, costumbres absurdas y una educación enfermiza restringe sus libertades. Ahora una mujer (como si sólo fuera el pasatiempo de las horas ociosas de los hombres, o una cosa hecha simplemente para que triviales cortesanos le digan sus insensatos cumplidos) es desde la cuna encerrada en el hogar, y como si fuese incapaz de cualquier actividad más noble, reducida a hacer punto, tejer o practicar solamente las pequeñas curiosidades de la aguja. Y cuando llega a años más maduros, es entregada a la tiranía de un marido celoso, o encerrada en un convento de monjas; todos los oficios, públicos le son prohibidos por las leyes, y no puede actuar legalmente en su propio nombre, por prudente que sea. No puede ejercer jurisdicción alguna, ni firmar contratos sin permiso de su marido... Y, contra la escritura, la han negado predicar la palabra de Dios... Es tanta la maldad de los legisladores que han dicho que la mujer, de gran nobleza por natural excelencia y dignidad, sería de condición más vil que todos los hombres... Por medios indignos y predispuestos contra ellas son obligadas a ceder el lugar a los hombres, como los cautivos desgraciados capturados en la guerra, sometidos a los insultos de sus conquistadores, no ya por ninguna razón natural o divina, ni por necesidad alguna,  sino sólo por la fuerza de la  costumbre, de la educación, de la suerte o de tiránica ocasión.
Este rotundo razonamiento político feminista va precedido de otros curiosos argumentos "teológicos". Así, por ejemplo, dice que al igual que Dios creo al hombre después que a los animales es muestra de la mayor dignidad de éste, el que Eva fuera creada después que Adán mostraría la mayor dignidad de la mujer. También afirma que si bien el hombre no es capaz de crear nueva vida sin intervención de la mujer, la mujer sí podría hacerlo sin intervención del hombre, como mostraría  el ejemplo de María.
Sin dejar de estar marcado por prejuicios de la época (sobre la homosexualidad o sobre la condición sexual de la mujer) se trata de una potente reivindicación de la condición de la mujer y un alegato contra su dominación por el hombre.


Della nobilta et eccelenza delle donne, dalla lingua francese nella italiana tradotto : con una cratione di M. Alessandro Piccolomini in Iode delle medefume / Reprod. de l'éd. de, Vinegia : G. G. de Ferrari, 1549
Henrici Cornelii Agrippae De nobilitate et praecellentia foeminei sexus, Antverpiae : apud M. Hillenium, 1529 : Expostulatio cum Joanne Catilineti super expositionem libri Joannis Capnionis ″De verbo mirifico″. De sacramento matrimonii declamatio... De triplici ratione cognoscendi Deum liber unus... Dehortatio gentilis theologiae... De originali peccato... declamatio. Regimen adversus pestilentiam
Female Pre-eminence, Engl. transl. of "De nobilitate et praecellentia" by Henry Care, London 1670


John Stuart Mill

John Stuart Mill (Londres1806 - Aviñón, 1873). Pensador inglés, filósofo, político, economista. Defensor radical de la libertad de cada individuo a vivir a su manera salvo en aquellos aspextos que requieren regulación social por afectar al bien común, es autor de La esclavitud femenina, obra que aún hoy tiene una enorme actualidad. Emilia pardo Bazán escribió: " Volviendo a Stuart Mill, porque no es mi ánimo anticipar endebles raciocinios cuando vais a apreciar los suyos, de hierro batido y acero bien templado, diré que su campaña no ha sido estéril y ya puede contársele entre los mayores bienhechores de la mujer en el terreno positivo. Cuando en 1867 presentó a la Cámara de los Comunes el proyecto de ley pidiendo para la mujer el derecho de sufragio, la minoría que votó con él fue lucida e imponente, y general la sorpresa de sus adversarios viendo que no podían tildarle de extravagancia"


Fragmentos...

La satisfacción orgullosa que infunde la posesión del poder, el interés personal que hay en ejercerle, no son, en el dominio de la mujer, privilegio de una clase: pertenecen por entero a todo el sexo masculino.

No hay pues manera de alegar la existencia de este régimen como argumento sólido en favor de su legitimidad; lo único que puede decirse es que ha durado hasta el día, mientras otras instituciones afines, de tan odioso origen, procedentes también de la barbarie primitiva, han desaparecido; y en el fondo esto es lo que da cierto sabor de extrañeza a la afirmación de que la desigualdad de los derechos del hombre y de la mujer no tiene otro origen sino la ley del más fuerte.

Pero-se me dirá- la dominación del hombre sobre la mujer difiere de los demás géneros de dominación, en que el dominador no emplea la fuerza; es un señorío voluntariamente aceptado: las mujeres no se quejan, y de buen grado se someten.-Por lo pronto, gran número de mujeres no la aceptan. Desde que las mujeres pueden dar a conocer sus sentimientos por sus escritos, único medio de publicidad que la sociedad las permite, no han dejado nunca, y cada vez en mayor número y con más energía, de protestar contra su condición social. Recientemente, millares de mujeres, sin exceptuar las más distinguidas, han dirigido al Parlamento peticiones encaminadas a obtener el derecho de sufragio en las elecciones parlamentarias. Las reclamaciones de las mujeres pidiendo una educación tan sólida y extensa como la del hombre, son cada vez más insistentes, y cada vez más seguro el éxito de su pretensión. Insisten, además, en ser admitidas a profesiones y ocupaciones que les fueron vedadas hasta hoy. Cierto que en Inglaterra no hay, como en los Estados Unidos, juntas periódicas y un partido seriamente organizado para la propaganda en favor de los derechos de la mujer; pero hay una sociedad compuesta de miembros numerosos y activos, fundada y dirigida por mujeres, para un fin menos extenso: la obtención del derecho de sufragio. No es en Inglaterra y América solamente donde las mujeres comienzan a protestar, uniéndose en lazo más o menos estrecho contra las incapacidades que las vulneran. Francia, Italia, Suiza y Rusia, nos ofrecen el espectáculo de este mismo movimiento. ¿Quién es capaz de decir cuántas mujeres alimentan en silencio aspiraciones de libertad y justicia? Hay razones para creer que serían mucho más numerosas, si no se hiciese estudio en enseñarlas a reprimir estas aspiraciones, por contrarias al papel que, en opinión de los esclavistas, corresponde al decoro del sexo femenino.

Lo que se llama hoy la naturaleza de la mujer, es un producto eminentemente artificial; es el fruto de una compresión forzada en un sentido, y de una excitación preternatural en otro.


William Moulton Marston

William Moulton Marston (1893-1947), psicólogo y abogado estadounidense, teórico del feminismo, inventor de un detector de mentiras, ensayista y educador, su más memorable legado es un personaje de cómic, “Diana, la mujer maravilla”.

Ni siquiera las chicas querrán ser mujeres mientras nuestro arquetipo de mujer carezca de fuerza y poder. El remedio obvio es crear un personaje femenino que posea la fuerza de un superhombre y la gracia y encanto de una mujer”, escribió en 1943.

Sin embargo, su personaje, considerado por Gloria Steinem -veterana feminista de Estados Unidos- como un modelo para las niñas, siempre ha tenido más de un 90% de lectores masculinos.


William Thompson

William Thompson (1775-1833) , irlandés, líder del movimiento cooperativista inglés, procedía de una familia de clase media. Tuvo grandes influencias de las obras de Robert Owen, William Godwin y de la mujer de éste, la feminista Mary Wollstonecraft. Una de sus primeras obras, la “Investigación sobre la Distribución de la Riqueza” (Inquiry into the Distribution of Wealth), era una crítica al capitalismo del siglo XIX y a la desigualdad.  Sin embargo, Thompson no solo argumentó a favor de los trabajadores sino también a favor de la igualdad entre los sexos.

Thompson tomó su postura más radical en “Appeal of One Half The Human Race, Women, against the Pretensions of the Other Half, Men, to retain them in political, and thence in civil and domestic slavery”,1825 (La demanda de la mitad de la raza humana, las mujeres contra la pretensión de la otra mitad, los hombres, de mantenerlas en la esclavitud política y, en consecuencia, civil y doméstica). La obra fue escrita por él, pero hoy está reconocida la coautoría de la que fue su compañera sentimental durante algunos años, porque él mismo declara en el prólogo que se ha limitado a poner por escrito lo que había sido el fruto conjunto de sus conversaciones y su convivencia cotidiana.

El libro de William Thompson y Anna Wheeler ha sido traducido al español en el año 2000 (por Ana de Miguel y editado en 2000 por editorial Comades, Granada). Muestra cómo hombres y mujeres en el siglo XIX cooperaban desde el punto de vista teórico para tratar de comprender dos cuestiones relacionadas: uno, cómo se legitimaba teóricamente la sociedad patriarcal y dos, para tratar, por supuesto, de desarticular esta legitimación y fundamentar las reivindicaciones prácticas para una sociedad igualitaria desde el punto de vista sexual.



Francisco Ferrer i Guàrdia

Francisco Ferrer i Guàrdia (1859-1909), creador de La Escuela Moderna en Barcelona a principios del siglo XX. Ferrer condenaba cualquier tipo de violencia y siempre declaró que la emancipación de las personas y los pueblos sólo podría darse auténticamente a través de la educación. A pesar, o tal vez por pensar así, fue acusado de incitador de los disturbios de la Semana Trágica de Barcelona y en un juicio sin pruebas fue condenado y fusilado en Montjuich, el 13 de octubre de 1909.

La Escuela Moderna está considerada la primera escuela que implantó en España la coeducación sin distinción de sexos o de clases.

La Escuela Moderna se aparta del dogmatismo religioso y pretende una educación basada en el laicismo y el humanitarismo. Todas las disciplinas de la Escuela Moderna son científicas, buscando la educación sexual (tema tabú) y el trabajo manual entre chicos y chicas sin discriminación.

Cuando se abre la Escuela Moderna cuenta con 30 alumnos, 18 niños y 12 niñas. Con posterioridad irá creciendo. Colaboraron con la Escuela Moderna personajes como Odón de Buen o Anselmo Lorenzo. También se daban textos de destacados pensadores libertarios: Élisée Reclus, Sébastien Faure, Charles Malato, etc. Un libro muy del gusto de la Escuela fue el de Jean Grave "Las aventuras de Nono". Este cuento destinado a los niños intentaba hacer ver desde un plano ético la injusticia de la desigualdad.